Bosque de las afueras de Karakura Town

Corrió detrás de Inoue, para ponerse frente a ella, y junto a Ichigo. Le miró con seriedad y estiró la mano para tomar la muñeca de Ichigo. Allí latía el pulso.

-Niña, debes serenarte. ¿Cómo te llamas?- Se inclinó sobre Ichigo para intentar empezar a curar la herida de su estómago. Ella era conocida en su división por mantener la calma incluso en las peores situaciones. Respiró profundo para concentrarse, y continuó aplicando el kidoh, mientras las heridas se empezaban a cerrar.

-la mascara de Ichigo terminaria de romperse, recuperaria su forma humana y el hoyo en su pecho se cerraria, poco a poco recuperaria conciencia, observaria a Inoue llorando y colocaria su mano derecha sobre el rostro de ella limpiando sus lagrimas-

No vi cuando llegaste Inoue...

-sonrie levemente, pero a la vez estaria triste porqe una vez mas contemplo aqella forma tan demoniaca de Ichigo... ladea un poco su rostro para mirar a la niña qe le habia salvado antes-

Tu de nuevo?
Inoue, qe hay de Grimmjow?

-levanta su mirada para observar al cielo y ahi veria una silueta muy conocida y no exactamente la de Grimmjow, era la de Nell, qedaria soprendido al verla portando los ropajes de una espada... se le qedaria viendo con sorpresa y pensando en qe si ella habia regreso a ser una espada mas-

Nell... no puede ser...


(y aqi termina mi papel como ichigo, los siguientes post seran como Aizen de ahora en adelante, si el nuevo Ichigo qiere continuar esta saga, adelante ^^)

-Inoue... Orihime- Le miró impresionada. Tan impresionada que dejó que la chica alejara sus manos del joven sin protestar. Su capitán le había hablado de ella. Había dicho que sus habilidades eran algo excepcional, que nunca había visto algo como eso.

Observó atentamente como las heridas se regeneraban. No, esa no era la palabra. Las heridas retrocedían. Eso era lo que hacían. Se cerraban en forma inversa a la cual se habían hecho. Miró al capitán por un momento, decidiendo que tenía razón. Esa chica era excepcional.

-Increible...-

Levantó la cabeza hacia ella.

-Mi nombre es Kusanagi Hikaru, teniente de la decimotercera división- susurró suavemente, para no distraerla.

En ese momento, el chico despertó. Descaradamente le dijo "tú de nuevo?" como si no perteneciera a esa pelea. Frunció el ceño, pero contestó calmadamente.

-Yo también debo estar aquí, Kurosaki-san.-

Observó al espada hablar, y su mirada cambió rápidamente a la chica que estaba cerca de ellos. Se levantó rápidamente, y se interpuso entre Ichigo y Nelliel. Sacó la espada, esperando, en guardia, que la aludida dijera algo. Después de todo ella había contenido al chico en forma de Hollow sin intenciones reales de herirle. Pero no podía arriesgarse a averiguarlo.

Extrañamente, portaba su zanpakutoh en la mano izquierda.

*De aquel portal donde habia emergido Aizen haria acto de presencia rapidamente, oculta para moverse de manera imprevista cual sombra sigilosa una espada de larga cabellera azulada. Usando la tecnica sonido para movilizarse a un lado del cuerpo de ichigo. Quedando a centimetros del par de chicas. Para tomar el cuerpo antes que estas pudieran reaccionar y llevarselo usando la misma tecnica. Apareciendo un instante despues en aquel portal que conecta el mundo humano con hueco mundo. Depositando el cuerpo de Ichigo del otro lado de la garganta. Observando desde aquella posicion los acontecimientos de abajo*

De un momento a otro, las cosas se habían descontrolado. Nelliel en frente de ella no hizo ningún movimiento, pero el enorme y dominante reiatsu que apareció allí indicó la presencia de Aizen Sosuke. Empezó a sentirse ahogada, como si alguien aplastara sus pulmones, pero no retrocedió ni bajó la espada.

Al mismo tiempo, cuatro Aizen aparecieron frente al capitán Byakuya, y Ichigo desapareció de la escena. Las cosas se ponían más que feas.

Era momento de liberar, y usar todo su poder.

-¡Corta todo a tu paso, Ame no Murakumo!-

La espada cambió, no de forma, sino de calidad. El filo se volvió de un blanco cremoso, como el marfil, con un grabado de una serpiente, cuya cola era el mango, un mango negro como el ébano. Se veía muy afilada.

¡Y ahora los cuatro Aizen habían ejecutado un Kidoh de nivel 90 contra el capitán Kuchiki!. Entre todo el desastre, no se dio cuenta de que el verdadero Aizen había desaparecido. Apuntó a Nelliel con su espada, lista para la lucha.

Escuchó la voz de su capitán gritando que se apartara, por lo que dio un salto hacia la izquierda, desplazandose unos metros. Observó fallar el bakudoh y huir a la mujer.

Relajó un poco la guardia y volteó a ver al capitán. Deseó no haberlo hecho, ya que el hombre estaba pálido, y la sangre cercana a sus labios sugería que había tenido una crisis.

-Ukitake-taichou, ¿se encuentra bien?-

Escuchó la respuesta afirmativa y suspiró de alivio. Luego se dirigió corriendo hacia donde el capitán Kuchiki estaba. Por suerte las copias habían desaparecido junto con el Kurohitsugi. Impresionante que el hombre estuviera aun de pie con esas heridas.

Guardó la espada y extendió las palmas hacia el capitán, curando primero las heridas de su pecho.

-Con mi nivel no podré curarlo por completo, Kuchiki-taichou. Debemos volver al Seiretei.-

Demostraba calma, y bastante frialdad, pero estaba muy nerviosa. La batalla había resultado un desastre y se habían llevado a ese chico, Kurosaki. ¿Qué demonios tramaba Aizen?.

[Nota: espero que lo de que los Aizen desaparecieran no estuviera mal. Sino, me avisan en Rol Off y reposteo.]